CERVICALGIA
Se denomina cervicalgia al síntoma conocido como dolor de cuello, percibido en la zona comprendida entre la línea nucal superior (zona occipital), a la primera vértebra dorsal, y lateralmente limitado por los extremos laterales del cuello.
Podríamos estimar que entre un 22 y un 70% de la población ha sido diagnosticado de cervicalgia a lo largo de su vida. Es causa de muchas bajas laborales, y tiene altos costes para el sistema de salud, ya que tiene una alta tasa de recaídas. Es frecuente que tras el primer dolor cervical exista una recaída (entre el 50-85% de los pacientes recaen en los siguientes 5 años), sino se ha realizado un tratamiento completo y de forma global.
Enfermedades que cursan con este dolor:
Es difícil realizar una clasificación de las causas que pueden generar dolor cervical, ya que en tan sólo el 18% de las pruebas de imagen realizadas a los pacientes, los hallazgos observados corresponden con los síntomas referidos por el mismo. La clasificación más aceptada es la siguiente:
- Artrosis cervical
- Lesiones del disco intervertebral
- Traumatismos
- Tumores
- Infecciones
- Fracturas vertebrales
- Síndrome de dolor miofascial (puntos gatillo miofasciales)
- Latigazo cervical
- Radiculopatía
- Mielopatía
Las principales causas son de origen mecánico, entrando en juego, además, factores psicológicos.
Los factores de riesgo que pueden convertir un simple dolor de cuello en algo crónico, son:
- Tener una edad superior a los 40 años
- Una historia anterior de dolor de cuello
- El hecho de que la cervicalgia coexista con dolor lumbar
- Un exceso de preocupación por los síntomas
- La práctica de ciclismo como deporte habitual
- La falta de fuerza en las manos
¿QUÉ TIPOS DE CERVICALGIA EXISTEN?
Si tenemos en cuenta el tiempo:
- Cervicalgia aguda (tortícolis) cuando aparece de forma repentina y limitante, acompañado de un acontecimiento lesivo.
- Cervicalgia crónica: cuando el dolor permanece en el tiempo (generalmente más de tres meses), se vuelve constante y existe en ausencia de la lesión por la que comenzó. Aquí empezaríamos a considerar el dolor como una entidad propia.
Según los síntomas y signos con las que se asocie el dolor, siendo ésta clasificación la aceptada en las guías de práctica clínica, según la International Classification of Functioning, Disability, and Health (ICF).
- Dolor de cuello con déficit de la movilidad
- Asociado a cefaleas
- Presencia de alteración del control motor muscular voluntario
- Con dolor irradiado hacia otros segmentos ( siendo más común en miembros superiores, cervicobraquialgias)
El fisioterapeuta y equipo médico realizan una entrevista, exploración física (análisis de la postura, del movimiento cervical, test para valorar la resistencia, fuerza y coordinación de tus músculos, y análisis de la movilidad articular analítica), así como pruebas ortopédicas para poder así realizar un diagnóstico diferencial.
Las técnicas de tratamiento de fisioterapia que han resultado tener más evidencia clínica y científica son:
- Movilización articular segmentaria de baja velocidad o manipulaciones bien de la columna cervical o dorsal.
- Manipulación de la articulación temporomandibular y osteopatía craneal.
- Técnicas miofasciales, para el músculo y su fascia.
- Estiramientos analíticos de la musculatura cervical, técnicas de
- Reeducación Postural Global, o incluso en actividades grupales como el control postural
- Fisioterapia activa dirigida a mejorar la propiocepción y control motor, mejorando la coordinación fuerza y resistencia de musculatura estabilizadora profunda como son: flexores profundos del cuello, suboccipitales, semiespinoso del cuello y esplenio del cuello.
- Movilización neuromeníngea en dolores irradiados a miembro superior.
- Pilates
- Rehabilitación combinada con electroterapia aplicada con criterio clínico, como: onda corta, microondas y ultrasonidos, (cuando existen lesiones específicas asociadas), y TENS (sobre todo en dolores de larga evolución).